sábado, 22 de diciembre de 2012

Me gustas! me gustas me gustas me gustas me gustas me gustas. Y no estoy usando copy paste para escribir esto.
Me gustas y me voy dando cuenta, y no solo me gustas ¡TE QUIERO!
Lo quiero como amigo, lo quiero como novio, lo quiero como mejor amiga incluso.
Quiero platicar contigo y decir cosas tontas contigo y jugar juntos y sobre todo estar contigo
Me gustas me gustas me gustas!!!
Me gusta que eres una puerta abierta. Me gusta que eres una buena persona. Me gusta decir cosas pervertidas contigo. Me gusta que entiendas que no todo lo que digo lo digo en serio. Me gusta tu forma de quererme sin empalagar. Me gustan también tus tonterías y más me gusta aún que seas despistado.

Por favor, quiéreme un poquito, de la forma que quieras, pero déjame estar cerca.
Tus ojos, tus gestos tontos. Mi estómago parece licuadora cuando te veo
Me gusta pensar en ti.
Me gusta pensar en tu estatura ¿Serás alto y fuerte como abedul? ¿O delgado y pequeño como retoño?
Me gusta pensar en el olor de tu cabello, ¿Tendrá el olor del champú de tu mamá, o el áspero olor del cigarro de tus amigos?
Me gusta la idea de tocar la piel de tu brazo izquierdo, estoy casi segura que es más reseca que la del derecho, por el sol tal vez, o por que olvidas ponerte crema de ese lado.
Fantaseo un poco con tus zapatos, no sé si siempre usas tenis, o si usas zapatos por gusto, aunque sea solo los fines de semana
Tu aliento me intriga, puede tener la fragancia de los chicles de menta, o la fragancia que viene de tus cuerdas vocales, esas que hacen que tu voz me enloquezca.
Las cuerdas vocales que están en tu laringe, mientras estabas en el estómago de tu mamá ¿Habrán tomado esa configuración especial, la que hace que tu voz suene tan atemporal, tan poco propicia al cambio?
Me gusta de ti tu forma de mantenerte estable, incambiable. Me gustaría cortarte el cabello muy corto muy corto, para al día siguiente descubrir que tiene el largo del día anterior, que secretas tanta estabilidad que ni tu cuerpo mismo lo puede cambiar.
Las costillas que se te marcan a través de la piel son un regalo para mi. Tocarlas lentamente, delinearlas con mis dedos, que me digas que te dan cosquillas y que empieces a reír.
¡Ay! tu risa,